En un mundo cada vez más globalizado, donde la demanda de alimentos crece de manera exponencial y la sostenibilidad se ha vuelto crucial, la conservación de los alimentos es un factor clave para garantizar su seguridad y reducir el desperdicio.
La cadena de frío, que abarca cámaras frigoríficas, transporte refrigerado y almacenes de temperatura controlada, es esencial para mantener los productos perecederos frescos y seguros, desde su producción hasta llegar al consumidor final.
Las cámaras frigoríficas desempeñan un papel fundamental en la conservación óptima de los alimentos, al garantizar que los productos perecederos se mantengan frescos por más tiempo y minimizar los residuos. Gracias a su capacidad para mantener una temperatura constante y controlada, las cámaras frigoríficas ralentizan el deterioro natural de los alimentos, evitan la proliferación de bacterias y preservan su calidad nutricional. Además, reducir el desperdicio de alimentos es una prioridad global. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), aproximadamente un tercio de los alimentos producidos en el mundo se pierde o se desperdicia cada año. El almacenamiento en frío es una herramienta clave para disminuir estas pérdidas, ya que permite mantener la calidad de los alimentos durante más tiempo en su transporte, almacenamiento y distribución.
IGLU®: eficiencia y sostenibilidad para cámaras frigoríficas
En las cámaras frigoríficas, la eficiencia energética y el aislamiento térmico son factores decisivos. El suelo de estas instalaciones suele ser un punto crítico, ya que es una de las zonas donde se generan más pérdidas de calor. Aquí es donde entra en juego la tecnología IGLU’® de Daliform Group, una solución innovadora que mejora notablemente el rendimiento de las cámaras frigoríficas.
IGLU® es un sistema modular fabricado con plástico reciclado, diseñado para crear una cavidad ventilada debajo del suelo de las cámaras frigoríficas. Esta cavidad optimiza el aislamiento térmico, disminuye el riesgo de daños estructurales y ofrece un enfoque más sostenible para la construcción de estas instalaciones. Durante la fase de diseño, es posible integrar un sistema de ventilación mecánica o natural «inteligente», siempre que se dimensione correctamente.
Ventajas del sistema IGLU’® para cámaras frigoríficas:
- Mayor eficiencia térmica: El espacio de aire generado por el sistema IGLU’® permite una mejor gestión del calor, reduciendo su transferencia desde el suelo hacia el interior de la cámara frigorífica. Esto contribuye a mantener temperaturas más estables, reduce el consumo de energía necesario para enfriar y mejora la eficiencia global del sistema.
- Prevención de daños estructurales: Mantener un entorno seco bajo el suelo de la cámara frigorífica es esencial para evitar la acumulación de humedad, que puede dañar los cimientos y provocar problemas como la crioelevación, un fenómeno en el que la congelación del suelo causa levantamientos perjudiciales para la estructura. El sistema IGLU’® ayuda a prevenir estos riesgos y prolonga la durabilidad de toda la infraestructura.
- Facilidad de instalación: El sistema modular y ligero de IGLU’® permite una instalación rápida y eficiente, reduciendo el tiempo y los costos de construcción. Además, su flexibilidad le permite adaptarse a distintas configuraciones de espacio, proporcionando soluciones personalizadas para cada cámara frigorífica.
- Sostenibilidad ambiental: Los módulos IGLU’® están fabricados con plástico reciclado, lo que disminuye el impacto ambiental en la construcción de cámaras frigoríficas. Su diseño arqueado proporciona una resistencia óptima, lo que reduce la necesidad de materiales adicionales y contribuye a una construcción más sostenible.
Las cámaras frigoríficas son fundamentales para asegurar el almacenamiento seguro y prolongado de los alimentos, además de reducir el desperdicio a lo largo de la cadena de frío. En este contexto, el sistema IGLU’® se presenta como una solución ideal para lograr cámaras frigoríficas más eficientes, sostenibles y duraderas, ayudando no solo a preservar los alimentos, sino también a disminuir el impacto ambiental de las instalaciones industriales.